El objetivo es garantizar la participación de la Iglesia en la educación pública costarricense, la vigencia de los tribunales de la iglesia para asuntos matrimoniales, su presencia en hospitales y cárceles y la posibilidad de recibir dineros públicos.
El arzobispo de San José, Hugo Barrantes, explicó que la idea del convenio no es simplemente sumar privilegios para la iglesia católica, "sino tener la mejor convivencia posible" con el Estado.
Costa Rica es uno de los pocos estados confesionales de América, pues su Constitución señala a la religión católica como el credo oficial del Estado.
De aprobarse el acuerdo, según detalló la diputada electa Viviana Martín, deberá ser firmado por el Vaticano y el Gobierno de Costa Rica en el marco de la Convención de Viena y, además, deberá ser ratificado por el Congreso, como cualquier otro tratado internacional.
"El país ha avanzado mucho en leyes pero se ha ido quedando atrás en la relación iglesia-Estado. No nos hemos actualizado. Un convenio lo haría posible", argumentó Barrantes.
La propuesta de este concordato llega meses después de que empezara a fortalecerse en el país un movimiento a favor de establecer un Estado laico, proyecto al cual Chichilla, que asumirá el próximo 8 de mayo, se ha opuesto.
En América, Brasil, el país con más católicos en el mundo, firmó en el 2008 un concordato con la Santa Sede, en el cual, entre otras cosas, se dio a la iglesia personalidad jurídica y se le garantizó la enseñanza del catolicismo en las escuelas, además de beneficios fiscales y el derecho a brindar asistencia espiritual en hospitales y cárceles.
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