Millones de personas en todo el mundo inaugurarán mañana el 2010 con el tradicional Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena (10.15 GMT), un recital cuyo director, Georges Prêtre, quiere que sirva para transmitir "una declaración de amor".
El medio para enviar ese mensaje lo constituirán esencialmente los valses y las polcas del clan de los Strauss, que cada 1 de enero se desbordan desde la Sala Dorada del Musikverein vienés.
Prêtre, que ya en 2008 dirigió con éxito la musical entrada de año, ha insistido en que este recital no es un concierto cualquiera y que su deseo es que durante dos horas la gente de todo el mundo se olvide de sus problemas.
Para intentarlo, el maestro de 84 años dispondrá de un repertorio en el que su Francia natal estará muy presente.
Una "polka francaise" de Johann Strauss hijo, "Carnaval en Paris", del patriarca de la familia, o "Champagner-Galopp", de Hans Christian Lumbye, son algunas de las piezas programadas de un recital en el que no faltarán el inevitable vals de valses, "El Danubio Azul", y el animado fin de fiesta de la "Marcha Radetzky".
La obra del danés Lumbye, considerado el Strauss del Norte, será una de las primicias del concierto de este año. La apertura de la ópera "Las Felices Esposas de Windsor", del fundador de la Filarmónica, Otto Nicolai, y "Die Rheinnixen", de Jacques Offenbach, serán otras de la obras que disputen a los Strauss su monopolio.
En la tarea de recibir con entusiasmo el Año Nuevo, los filarmónicos vieneses tendrán el apoyo de lo más granado del Ballet de la Ópera de París.
Los millones de telespectadores que sigan el recital desde casa podrán ver a Eleonora Abbagnato y a Nicolas Le Riche, solistas de la compañía parisina, bailar desde el Museo de Bellas Artes de Viena al son de los compases de la Filarmónica.
Para que no falte glamour, la bailarina italiana vestirá un modelo de su compatriota Valentino, que ha calificado como "un gran honor" su primera participación en el Concierto de Año Nuevo.
Otra novedad, esta vez tecnológica, se refiere a la retransmisión del recital en Alta Definición. La señal de la Radiotelevisión Austríaca ORF será distribuida a 72 países de todo el mundo y se espera que más de 40 millones de personas sigan el concierto.
Mozambique, Mongolia, Sri Lanka o Trinidad y Tobago serán algunos de los países que podrán disfrutar por primera vez del concierto más famoso del año. Y, allí donde no llega la tele, internet será, también por vez primera, una alternativa para disfrutar del recital (www.orf.at).
En cualquier caso, lo complicado es seguir en vivo las evoluciones de la Filarmónica. La venta de entradas se realiza mediante un sorteo que se celebra cada año entre el 2 y el 23 de enero y en el que se puede participar en la página web de la Filarmónica (www.wienerphilharmoniker.at).
Los afortunados cuya solicitud de localidades sea premiada, podrán entonces abonar los entre 30 y 940 euros que cuesta recibir al año acompañando con palmas a la Filarmónica de Viena mientras ejecuta la "Radetzkymarsch".
Más económico (hasta 270 euros), pero también menos conocido, es el Concierto de Noche Vieja, que, con el mismo director y el mismo programa, se celebra esta noche.
Como último recurso para no perderse el acontecimiento, el DVD del concierto estará disponible a partir del 14 de enero. Un semana antes, el 7, ya se podrá adquirir el CD.
Antonio Sánchez Solís
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